martes, 29 de noviembre de 2022

En la puerta del Tiétar: Embalse de los Morales, castaños de Ganguerrero y Peñas de Cenicientos

 

El río Tiétar nace, sin que se note, en el paraje de la Venta del Cojo, cerca del  kilómetro 71 de la M-501, en el collado que da acceso al valle viniendo de la cuenca del Alberche, de San Martín de Valdeiglesias y de Madrid. 

Al llegar a la rotonda que hay en dicho punto kilométrico, nada mejor que desviarse a la izquierda para hacer dos caminatas de toma de contacto con el valle del Tiétar, sus paisajes y sus árboles. Las dos parten de Rozas del Puerto Real.

 

 

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Rozas de Puerto Real es una pequeña población madrileña de origen medieval, que recibió ese "apellido" por su proximidad al puerto de la Cañada Real Leonesa Oriental, situado precisamente en el collado de la Venta del Cojo, donde los pastores trashumantes tenían que hacer un alto en su camino para que los funcionarios de la Corona contasen las cabezas de ganado y cobrasen el impuesto o portazgo correspondiente. 

De su pasado medieval este pueblo conserva una torre románica junto a la iglesia, que merece la pena visitar.

 


La primera ruta desde Rozas del Puerto Real se inicia por una pista asfaltada de 1,5 Km. que baja de nuevo a la M-501, entre castaños.

 


 

Para cruzar la carretera M-501 hay un estrecho pasadizo subterráneo que, por seguridad, conviene utilizar...

 



Tras una bajada tropezamos con la puerta del recinto exterior del Seminario Menor Santa María, cuyo muro, enrejado y protegido por una línea de arizónicas, tendremos que bordear. 

 



El muro nos depara la primera sorpresa: integrado con él hay un fresno monumental de más de 150 años, catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid. Su tronco, penetrado por la reja de hierro, está dividido en dos brazos de casi 3 metros de perímetro. 

 

 

Un poco más arriba del camino, aún junto al recinto del seminario, hay un enebro que posiblemente tenga más edad que el fresno, aunque por su tamaño pase inadvertido. Tiene un tronco de casi 1,5 metros de perímetro, lo que puede corresponderse con una edad cercana a los 200 años. No está catalogado, y parece (por los cortes de algunas ramas) que alguien se ocupa de él.

 



La cuesta de subida al embalse discurre entre castaños.

Al final de la cuesta, en una finca privada que queda a la izquierda, hay un pino de alto porte, con un perímetro de tronco de más de 3 metros.

 


También hay espacio para el aparcamiento de automóviles al pie del dique del muro de hormigón de la presa. 

El embalse de los Morales recoge las aguas del arroyo de igual nombre y fue construido en 1988, para abastecer las poblaciones de Rozas del Puerto Real, Cenicientos y Cadalso de los Vidrios.

 

 

Hay una pista forestal que lo rodea el pantano por completo, pero, como está escaso de agua, también es posible recorrerlo por la orilla. 

 



Orilla que está sembrada de viejos troncos de los castaños que fueron cortados durante la construcción del embalse. Han resistido a la putrefacción, bajo el agua, durante más de 30 años y nos ofrecen unas imágenes espectaculares...





El entorno del embalse está constituido por un frondoso bosque de castaños en la falda del Alto del Mirlo, también con importantes manchas de robles. Un espacio privilegiado para contemplar la variación de colores que sucede con el paso de las estaciones.

 



La segunda ruta desde Rozas del Puerto Real asciende unos 300 metros hasta el paraje rocoso donde se encuentra otro árbol singular del catálogo de la Comunidad de Madrid, el castaño del Gran Guerrero; o quizás "Ganguerrero", pues de las dos formas lo hemos encontrado escrito en carteles y documentos. 

Es una senda empinada y estrecha, entre castaños ancianos con gruesos troncos, alguno de ellos con perímetro superior a 4 metros.

 




 

El castaño catalogado dispone de un panel informativo con alguno de los datos bastante discutible. 


 

Dice el panel que el árbol tiene una edad de 250 años y que su perímetro normal es de 1,15 metros (datos de 2018), cuando salta a la vista que su tronco mide casi 1,5 metros de diámetro, lo que supone casi 5 metros de perímetro... En fin, sea como sea, el ejemplar es magnífico, al igual que otros que podemos ver alrededor.

 



 

A partir de aquí, si hay prisa, se puede regresar al punto de partida por el mismo camino. En caso contrario, podemos alargar el paseo hasta la Fuente de la Mina por un tramo casi llano, desde el que se pueden contemplar vistas del pueblo desde cierta altura.

 

 

Al fondo destaca la Peña Muñana, en Cadalso de los Vidrios.

La Fuente de la Mina recibe ese nombre porque el caño toma el agua de una mina que hay a unos metros más arriba.

 

 

Finalmente regresamos por un camino de bajada hasta la M-546 . Si pasamos por la torre medieval, aproximadamente 1,5 Km hasta el punto de partida.

La jornada se puede prolongar con dos rutas más, si nos desplazamos en coche 11 Km hasta Cenicientos. Se trata de la subida a la Peña Buvera y de una visita cultural a la Piedra Escrita. 

 

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Cenicientos, también en la Comunidad de Madrid, es un pueblo de casi 2.000 habitantes situado cerca de interesantes restos arqueológicos, la Piedra Escrita, que es un monolito romano dedicado a la diosa Diana, y una necrópolis visigoda. 

La subida a la Peña Buvera, más conocida como Peña Cenicientos, se hace cómodamente por una pista forestal que arranca de la carretera M-541. Un recorrido de 4.5 Km (más 448 metros de senda al pie de la peña), entre un extenso y frondoso pinar, que en su parte más alta fue arrasado por el importante incendio del año 2019.  

No encontramos en el camino pinos que superen los los 2 metros de perímetro, salvo algunos tocones quemados al final del recorrido. 

 

 

 

A la altura de la zona quemada vemos las ruinas de una sólida construcción de piedra. Son los restos de un antiguo seminario de los años 50 perteneciente, como el de Rozas del Puerto Real, a la diócesis de Getafe. 

 


 Antes de llegar a la Peña Buvera llama la atención una loma con grandes bolos graníticos, que destacan limpiamente del verde de la hierba otoñal, gracias a la ausencia de arbolado causada por el incendio.

 

 


 

El esfuerzo casi de escalada, para alcanzar el punto geodésico de la peña, compensa de sobra por las impresionantes vistas que allí se disfrutan.

 



 

Su promontorio de grandes rocas graníticas constituye un mirador espectacular, desde el que se dominan amplios espacios de las provincias de Madrid, Toledo y Ávila. 

Si miramos hacia el E vemos los pueblos cercanos de Cenicientos, Cadalso de los Vidrios, Rozas del Puerto Real, San Martín de Valdeiglesias... Gran parte de la cuenca del Alberche y la depresión del Tajo, y al fondo las torres de Madrid, si el día está despejado y la manta de contaminación lo permite.

 

 

 

Si miramos hacia el O, se abarca la cuerda de la sierra de Gredos, desde el Alto del Mirlo hasta el macizo central, y la amplia falla del valle del alto Tiétar, salpicada de pueblos: Casillas, Sotillo de la Adrada, La Adrada, Piedralaves...

 



La Peña Buvera, a 1254 metros de altitud, está continuamente sobrevolada por buitres leonados. Anidan en las paredes verticales que dan hacia el Este, así como en la cercano pico de Concharejos.

 

 

El conjunto de las dos peñas de Cenicientos, Buvera y Concharejos, está declarado lugar de interés geológico (LIG) y zona de especial protección de aves (ZEPA).

 




Nota final: Al monolito romano de la Piedra Escrita se puede llegar en automóvil, pero está dentro de una finca privada inaccesible. Para visitarla es necesario contactar telefónicamente con el propietario.