sábado, 29 de octubre de 2022

Entre Sartajada y Almendral de la Cañada

 

 En los alrrededores de Sartajada y de Almendral de la Cañada, en una zona de monte bajo con encinas y de praderas de pasto en fincas particulares, podemos acercarnos (en bicicleta o en automóvil) a varios sitios con árboles singulares.


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Comenzamos desde Sotillo de la Adrada hasta Almedral de la Cañada, por la carretera AV-915, que pasa por Higueras de las Dueñas y Fresnedilla, convertida en la CM-5001 al llegar a la provincia de Toledo, o por pistas alternativas si vamos en bicicleta. En el cruce con la CM-5005, giraremos a la derecha. La primera parada interesante, aunque nada tenga que ver con los árboles, está en el cementerio de Almendral, situado a la entrada del pueblo en una pequeña colina.

 

 

Sorprende la entrada con un arco de medio punto decorado con una doble línea de bolas o perlas, junto a una torre semiderruida, que ponen de manifiesto que este cementerio se ubicó en las ruinas de la antigua iglesia de San Salvador, construida entre los siglos XIII y XV. Según José Ignacio Moreno Núñez (Fortalezas en el extremo meridional del Alfar de Ávila, "Castillos de España" Nº 90, 1985), la torre era anterior y se levantó para controlar el paso por la cañada leonesa, aunque luego fue anexionada a la iglesia como campanario. 

 


En el interior del cementerio hay una hornacina gótica con parecida decoración, que tal vez hacía de sagrario, y una cripta bajo la torre, en la que, según cuentan, oraba y levitaba la beata Ana de San Bartolomé, nacida en este pueblo, quien luego fue secretaria de Santa Teresa de Jesús. También se cuenta de ella que fue mordida por un perro rabioso en el campo y que una vaca llamada "Cereza" la salvó llevándolas sobre su lomo para que pudiera ser curada.

 


Pasado el pueblo de Almendral, cerca del cruce con la carretera CM-5006, hay a la derecha varias encinas de considerables dimensiones, con perímetro de tronco entre 3 y 4 metros.

 

 


 

Justo en en cruce hay un enebro arbustivo junto al que merece la pena parar.

 


En el cruce tomamos la carretera TO-1385 hacia Sartajada. Tras recorrer casi 1 Km. dejamos el coche a la izquierda y caminamos unos 250 metros por una senda para ver otro enebro, al pie del cerro de la Carrabola.

 


Recuperamos la carretera. 500 metros más adelante volvemos a parar y caminamos por otro sendero a la izquierda, subiendo, hasta que tropecemos con los  espectaculares troncos de los alcornoques del cerro de la Carrabola. Otro acceso posible es continuar durante 1 Km. y parar algo más adelante, para hacer una senda alta paralela a la carretera que recorre casi todo el cerro, disfrutando de las vistas.

 


 

Desde el arranque de dicho camino, cruzando la carretera, bajamos a un prado con una gran encina y un alcornoque que no le va a la zaga.


 

 

Ya en el pueblo de Sartajada podemos seguir dos caminos, uno corto y otro largo. El corto, en dirección a Casavieja, nos lleva al paraje de los Herrenes, con prado salpicado de añosas encinas.

 

 


El camino largo va en dirección a la Iglesuela. Por él llegaremos hasta el "puente romano" que salva la garganta del Torinas. En el trayecto hay una encina a la derecha, en la ladera, a la que nos acercaremos.

 


 

Y unos fresnos a la izquierda que no merecen menos.

 


 

Llegamos finalmente a llamado puente romano, que en cualquier caso sería medieval y que aún sigue cumpliendo su cometido.

 

 

Antes de regresar tal vez nos dé el tiempo para seguir el paseo y contemplar el paisaje, caminando junto a la garganta en ambos sentidos.

 

El regreso en bicicleta a Fresnedillas, pasando por la Iglesuela, lo hacemos por la pista forestal. Desde la Iglesuela hasta Fresnedilla tomamos la pista que pasa por el Valle Laín.